jueves, 20 de diciembre de 2012

Un dia en la vida de un ciudadano romano.

A diferencia de algunos de nosotros, los romanos eran muy madrugadores. Se levantaban al alba, justo cuando los gallos comenzaban a avisar que pronto saldría el sol.
Es imposible saber la hora exacta de su despertar, como lo hacemos ahora con nuestros relojes, ya que los romanos no tenían un sistema muy exacto para medir el tiempo.

En los comienzos de Roma, cuando todavía era sólo un pequeño pueblo alrededor del siglo IV a.C. los romanos se limitaban a medir el tiempo dividiendo el día en dos partes. La primera mitad hasta el medio día y luego el resto del día. Uno hombre tenía la labor de avisar en el foro a la gente y a los gobernantes cuando el sol se encontraba en su cúspide máxima.
Con el paso del tiempo cada mitad del día se subdividió en dos partes: “Mane”La mañana y “Antemeridiem”antemeridiano y “De meriedie” La tarde y “Suprema” la noche. Pero sólo a partir del siglo II a.C. los romanos conocieron una revolución para su mundo. El reloj de sol traído desde Grecia, el cual cambió su forma de concebir el tiempo. Este sistema fue conocido como el cuadrante solar.

En la mayoría de las ciudades se tenía un cuadrante solar para medir las primeras 12 horas del día y el de agua para las restantes 12 que abarcaban desde el ocaso hasta el alba. Pero había un problema. Las horas iban aumentando o disminuyendo dependiendo la estación del año. Por esto, las 12 horas del día en veranos eran más largas que las 12 horas de invierno. Esto creaba que cambiaran los ritmos de vida de la gente durante los meses de verano e invierno como hasta ahora sucede en la vida de campo. Por esto los romanos tenían 12 horas de verano y 12 horas de invierno del día y la noche.

Era tan difícil medir las horas en estos tiempos, que el filósofo estoico Séneca contaba que era más fácil conciliar a los filósofos en una misma teoría filosófica, que ponerlos de acuerdo en la hora de sus relojes. Además a pesar de toda esta moda y fama, los romanos como los otros pueblos de la antiguedad nunca tuvieran la obsesión que nosotros tenemos con nuestros relojes y la hora. Para muchos de ellos, muchas veces solo reflejaba y servía para mostrar a la gente el pedazo de vida que habían perdido con el paso del tiempo en una forma romántica de ver el tiempo.


La primera comida de un romano difería muy poco según la clase social en que estuviera, ya que no era considerada una comida de gran importancia como lo hace mucha gente y naciones en nuestros días.

-.Hacer relación con la idea de desayuno de los anglosajones y escandinavos con la visión de desayuno que nos legaron los latinos a nosotros. “ES UNA TEORIA”

Quizás sólo un vaso de agua. Como gran cosa comería un pedazo de carne fría que hubiera sobra de la noche o un trozo de pan con queso con un poco de Muslum, si de verdad su estómago se lo exigía. En el caso de un pobre o de uno sus mismos esclavos, con un vaso de agua estarían de verdad contentos y satisfechos.

El fuego sagrado era lo más importante en la casa de un romano, y por esto tenía suma importancia mantenerlo siempre vivó, como nos cuenta el famoso historiador Fustel de Coulanges:

“Era obligación sagrada para el jefe de la casa conservar el fuego día y noche...Todas las noches se cubrían los carbones con ceniza para evitar que se consumiesen enteramente; al levantarse, el primer cuidado era reavivar ese fuego alimentándolo con algunas astillas.”
La relevancia que le daban los romanos a este fuego se debía a que se creía que este fuego estaba vivó, que era un díos y como dios se le adoraba, se le rendía culto y hasta se le pedía protección y favores.
Ha este fuego se lo creía como el alma del hogar que cuidaba a la familia de todos los males y se lo asociaba con la diosa Vesta (diosa del hogar doméstico)
Era tanto la postración que se le tenía a este fuego sagrado que se le creaban oraciones e himnos en su honor:

“Hogar, consérvanos siempre florecientes, dichosos, siempre; Oh, tú, que eres eterno, bello, siempre joven, tú que sustentas, tú que eres rico, recibe con propicio corazón nuestra ofrenda y danos en retorno la felicidad y la salud, que es tan dulce.”
Previo cualquier comida, se le debían realizar libaciones para mantener a esta diosa contenta y satisfecha. Estas podían consistir en algunos carbones encendidos, pero también vino, aceites e incienso.
Antes de probar el alimento, el primer pedazo iba a la diosa, antes de beber algo, las primeras gotas iban para ella.


Esto no sólo se da en el mundo Grecorromano, es un arquetipo que lo podemos observar también las culturas andinas. Ejemplo: El culto a la Pachamama en la cultura incaica.

Pero, ¿por qué tanta importancia con el fuego: cuál sería una buena razón de una adoración tan profunda al fuego?

EL CULTO A LOS MUERTOS.

A parte del fuego sagrado, también había otros dioses que vivían en la casa de nuestro Marcus. Pero estos seres eran de otra especie.
En la antigüedad del pueblo romano, era tradición enterrar a sus muertos en sus propias casas y por estos se creía que sus almas las protegían. Estos seres eran conocidos como Manes. También existían los Lares y Penates de la casa, a los cuales también se les debía Honrar y alimentar, debido a que ellos cuidaban el exterior e interior de la casa y a todos los que la habitaban.

Coulanges lo explica muy bien en esta frase: “En tiempos antiquísimos la tumba estaba en la misma propiedad de la familia, en el centro de la habitación, no lejos de la puerta, “para que los hijos, dice un clásico, encontrasen siempre a sus padres al entrar o salir y le dirigiesen una invocación.”


Marcus después dejar contento a sus antepasados y dioses del hogar, tomaba desayuno y se preparaba para otra clase de saludos. El saludo de los clientes, que esta vez, se lo realizaban a él.

EL SALUDO DE LOS CLIENTES.

Marcus, como sabemos, era un rico comerciante de la clase ecuestre. Tenía muchas propiedades y poder. Pero en la sociedad romana, esto no bastaba sin un grupo de personas que estuvieran a tus servicios.
Los clientes eran ciudadanos libres, muchas veces pobres, que se acercaban a hombres como Marcus en busca de protección, ayuda monetaria e influencias para mejorar sus situaciones económicas y sociales.

¿Pero en qué se beneficiaba muestro Marcus con esta sociedad?

La riqueza e influencia de un hombre también se media a través de la cantidad de esclavos y clientes que este poseyera y si Marcus recibía cada mañana un grupo grande de clientes que venían a saludarlo, esto demostraba el estatus y poder que poseía en su sociedad. Además, si Marcus por ejemplo, quería ingresar a la política y ser elegido, ya tenía un buen grupo de hombres que votarían por él y que lucharían de todas las formas posibles para que su patrón saliera elegido.
Por esto, todas las mañanas como habíamos dichos, muy temprano se agolpaban sus clientes en un estricto orden de jerarquía frente a la puerta de su casa, esperando que este los recibiera para darles los buenos días y uno que otro espaldarazo en forma de influencias o hasta dinero, para sobrevivir el día, en el caso de ser muy pobre.
Lo anecdótico de esto, es que mucho de estos clientes, tenían sus propios esclavos que los acompañaban para brindarles cualquier ayuda, o hasta sus propios clientes.

La casa, espacio de la vida privada.

Jornada cotidiana de un hombre rico.
Las actividades que desarrollaban los romanos en los días laborables duraban, generalmente, de solo a sol, como vamos a ver ahora.
Se levantaban antes de salir el sol, sobre las 4:30 en verano y las 7:30 en invierno. Se lavaban la cara, los brazos y las piernas (el resto del cuerpo cada nueve días, en la época republicana, aunque si era época imperial se lavaban de cuerpo entero diariamente), y luego pasaban a la cocina a desayunar; y así ya estaban disponibles para sus ocupaciones.
Primero el ciudadano rico recibía en el atrio a los clientes (salviatio), los cuales saludaban al señor (salve), e incluso le daban la mano o un beso en la mejilla. Desde las 6:30 horas (en verano) se dedicaban a los asuntos personales, (visitas, votaciones, negocios, etc.) o también a asuntos públicos (en el caso de que fuera magistrado).
Al mediodía se suspendían los trabajos hasta el día siguiente y entonces se tomaba el prandium, una especie de almuerzo frío con frutas y vino. Después, hacia las dos de la tarde, se echaban la siesta, meridiatio.
A continuación de la siesta, cada nueve días en la época republicana, tomaban un baño de cuerpo entero. El ciudadano rico en su propia casa y el pobre en los baños públicos (thermae).
Seguidamente solía darse un paseo, y a la hora décima (sobre las cuatro de la tarde) se sentaban en la mesa para tomar la “cena”, la última y abundante comida del día.
Finalmente, acabada la cena, se iban a dormir.
La comida ordinaria.
Los romanos cenaban en el “atrium”, sentados en banquillos o sillas alrededor de la mesa. Algo más tarde, para retirarse un poco a la intimidad, se iban al “tablinium”, y por eso se llama cenaculum a cualquier habitación puesta sobre el piso normal de la casa tipo pompeyano.
En las villas se cenaba en la cocina, que era muy amplia, sentados en torno a una o varias mesas, según la gente que había en la villa.
Cuando llegó la costumbre griega de comer tumbados en divanes se reservó una habitación para la cena que se llamó “triclinio”.
En lasa casas importantes había comedores de invierno y de verano.
El nombre de “triclinio” procede de los tres lechos que se tendían en torno a la mesa del comedor. Estos lechos, de derecha a izquierda, se llamaban: “summus, medius, imus”, y en cada uno se recostaban tres comensales que recibían el nombre de “locus summus, locus medius, locus imus”.

Las casa.
Las casas romanas más lujosas unifamiliares se llamaban domus. Eran de una sola planta y su estructura evidencia el carácter cerrado de la organización familiar antigua. Estaban orientadas hacia el interior, sin apenas ventanas y en torno a un patio central, atrium. Las casas ofrecían todo tipo de comodidades incluyendo calefacción, con un hipocausto. A la entrada había un vestíbulo y las fauces.
De aquí se pasaba a un atrium, que consistía en un patio interior cubierto con una apertura en el centro llamada compluvium que dejaba entrar el agua de lluvia. Este agua caía en un pequeño estanque llamado impluvium. Al atrio daban las distintas dependencias de la casa: dormitorio, cubiculum, comedor ( triclinium ), cocina (culina), y recintos laterales  (alae). Por influencia griega se construyó el tablinum, despacho del pater familias en el que solía recibir a sus clientes. También detrás del atrio se construyó un peristilo, que no es otra cosa que un patio mayor rodeado de columnas a la manera de los claustros de nuestros conventos. En él solía encontrarse un jardín.

Cuando se trataba de casas en las afueras de las ciudades o en el campo se las llamaba villae.
Las casas de los romanos más modestos se llamaban ínsulae (como AR0 nuestras 'manzanas' de casas). Eran de muchos pisos, a veces demasiados. Se sabe que, ya en tiempos del emperador Augusto, se prohibió que tuvieran más de siete pisos para que no fueran demasiado peligrosas. Pero aun así algunas medían más de 18 metros de altura, como la famosa ínsula Felicles. Los inquilinos vivían en pisos alquilados que se llamaban cenacula. Pero, como los alquileres eran muy caros, era frecuente que el inquilino realquilara habitaciones a otros hasta llegarse a un tremendo hacinamiento. Uno de los peligros más temibles era el de los incendios debido a que los inquilinos usaban braseros en invierno. 

miércoles, 19 de diciembre de 2012

La muerte y los funerales

LOS FUNERALES
 El culto de los muertos era el primer culto del hogar, y de aquí que los funerales se hicieran con tanta pompa como lo permitía la fortuna de los deudos del finado.
Hecho el tocado fúnebre, el cuerpo se entregaba a los empleados de las empresas funerarias, que plantaban un ciprés delante de la casa y ponían el cadáver en una cama de respeto, en el atrio. En el entierro, el cadáver era conducido en una litera precedida de trompetas, flautas y plañideras; detrás del cuerpo iban los parientes y amigos del difunto; si éste era noble, formaban parte de la comitiva fúnebre todas las imágenes de los antepasados.
 El entierro se detenía en el Foro, donde se pronunciaba la oración fúnebre del difunto. Se usaba no enterrar, sino incinerar los cuerpos, para lo cual se preparaba una hoguera, que los parientes, vueltos de espaldas, encendían con una antorcha. Recogidas las cenizas en una urna, se depositaba ésta en una tumba. Nueve días después, la familia celebraba la comida fúnebre, y, cuando tenía medios para ello, ofrecía juegos de gladiadores para aplacar los manes de la persona fallecida.
 Las tumbas de los ricos se alzaban a la vera de los caminos más transitados, y en particular a lo largo de la vía Apia. Todas eran monumentos imponentes. Las de los pobres eran más sencillas, y muchos no la tenían siquiera, sino que alquilaban un sitio para colocar la urna en edificios especiales, construidos por empresarios y que se llamaban columbarios, porque la forma era semejante a la de los palomares.
Algunos monumentos de este género, formados de galerías subterráneas, se llamaron después catacumbas. Cualquiera que fuese su sepultura, el muerto enterrado según los ritos, llegaba a ser un dios y tenía derecho al culto u homenaje religioso de sus descendientes.

La familia y el matrimonio.

El matrimonio romano
Situación conyugal socialmente reconocida que producía ciertos efectos jurídicos en el ámbito del derecho romano. En la antigua Roma, existía matrimonio legítimo cuando un hombre y una mujer que hubieran alcanzado la pubertad y reuniesen las indispensables
condiciones legales, convivían con apariencia conyugal honorable.
La institución del matrimonio romano poseía un carácter más social y jurídico y se componía de dos elementos esenciales: la affectio maritalis, o voluntad de comportarse recíprocamente como marido y mujer, evidenciada en el hecho de la convivencia, y el honor maritalis, que distinguía el matrimonio de ciertas uniones estables como el concubinato. El matrimonio romano era una institución del ius civile y, por lo tanto, aplicable únicamente a los ciudadanos romanos, que exigía los siguientes requisitos: capacidad natural determinada por la madurez sexual de los contrayentes; capacidad jurídica, o ius conubium, que suponía que los cónyuges estaban en posesión del status libertatis y del status civitatis; y consentimiento manifestado en la recíproca voluntad de los cónyuges de permanecer unidos en matrimonio. La consecuencia jurídica más importante del matrimonio, en el ámbito del derecho de familia, era que los hijos habidos dentro de él permanecían bajo la autoridad del pater familia.
La familia romana
Es la célula social por excelencia, fundada en las creencias religiosas (culto de los dioses manes).
Inicialmente, se confunde con la "gens". La autoridad absoluta pertenece al jefe de la familia, el pater familias.

Este poder se llama patria potestas y no tiene límite, ya que el padre de familia tiene derecho de vida y muerte sobre todos los miembros de la familia, incluyendo a algunos "clientes" y a los esclavos.
El matrimonio es, en general, religioso (consiste en hacer adoptar a la esposa la religión familiar del marido). Pero existe también una forma no religiosa, que se efectúa mediante la compra de la esposa (la coemptio).
La esposa del pater familias, la matrona, no tiene ningún derecho; está íntegramente sometida a la autoridad del marido y, a la muerte de éste, a la del hijo mayor.
El hijo lleva el apellido de familia de su padre (nomen); se le da, además, un nombre (praenomen) y un sobrenombre (cognomen). El sobrenombre suele tener un carácter hereditario. Por ejemplo, el orador y político Cicerón, se llamaba Marco (nombre) Tulio (apellido) Cicerón (sobrenombre).
En el caso de que el niño sea adoptado (trámite muy frecuente en Roma cuando no se tenían hijos) se le añade un sobrenombre suplementario, que recuerda generalmente a la familia de la cual procede.
La mayoría de edad civil se consigue a los 17 años; el joven, entonces, viste la toga blanca de los adultos (llamada toga virilis), pero sigue sometido a la autoridad paterna.
No se podría terminar de hablar de la familia, sin hacer un alto antes en la sociedad romana, lo cual nos servirá para definir claramente lo que el concepto de familia en roma.
Las clases sociales
Cuando las tribus de pastores nómadas se instalan en el monte Palatino son, seguramente, algunos centenares. Pero, bajo el Alto Imperio, Roma contará con una población de un millón de habitantes (cifras extremas propuestas: entre 500.000 y 1.600.000). Es evidente que la estructura de la sociedad romana varió al mismo tiempo que la ciudad; por ello es necesario estudiarla en su evolución histórica.
Desde 212 d. de J.C. (Edicto de Caracalla), la ciudadanía romana se hace extensiva a todos los hombres libres del Imperio.
Junto a los hombres libres se encuentra la enorme masa de esclavos y los antiguos esclavos liberados, los libertos. Todos estos individuos viven y trabajan en Roma o en las provincias del Imperio.
Por lo general, vivían menos años que los hombres, y que la longevidad era sensiblemente más importante en el campo que en las ciudades (en particular, en Roma).
Las estructuras sociales primitivas: "gens" tribu, curia.
Los pastores nómadas indoeuropeos estaban divididos en clanes (gens), análogos al genos de los aqueos. El jefe de la gens era el familiar varón más viejo, el pater.
La gens no sólo comprendía a todos los miembros de una misma familia (con las ramas colaterales de sobrinos, hijos de sobrinos, etc.), sino también a personas extrañas a la gens, que eran llamados clientes. El lazo que unía a cada cliente con el pater se llamaba la fides ("fe", acto de confianza recíproca).
Los primitivos clanes romanos formaban tres tribus: los Ticienses, los Ramnes y los Luceres. Cada tribu se dividía en curias, que podían equipar a 100 guerreros. Cada una de ellas estaba representada por diez patres en la asamblea del pueblo.
Había, pues, en total, 300 patres (los patres conscripti o senadores) y un "ejército" virtual de 3.000 hombres (más 3 escuadrones de 30 jinetes, un escuadrón por tribu).
Los padres conscriptos elegían un jefe: el rex (rey), cuya insignia era la lanza (hasta). Los padres formaban la clase de los patricios. Esta clase se opuso a los que ya ocupaban el terreno antes de la llegada de los colonos nómadas y que instalados, sin duda, primitivamente en el monte Aventino, constituían la clase de los plebeyos.
Estos últimos estaban en inferioridad política y social, ya que las asambleas del pueblo (los comicios) sólo agrupaban a las curias (llamadas comicios curiados).
Bajo la dominación etrusca, Roma se convirtió en una ciudad rica y floreciente. El rey Servio Tulio, según la tradición, fue el refundidor de un sistema social caracterizado por una doble división:
- División de la ciudad en cuatro barrios, las tribus territoriales, el pertenecer a una tribu no dependía del nacimiento, sino del lugar donde se habitaba.
- División de los ciudadanos (patricios o plebeyos) en cinco clases, según su fortuna (al principio, los patricios, que eran los más ricos, sin duda, constituían la primera clase; pero más tarde también se incluía en ella a numerosos plebeyos).
En el siglo III a. de J.C., después de los progresos políticos realizados por la plebe, el número de tribus ha llegado a 35. A las cinco clases corresponden grupos de 100 hombres, las centurias (hay, en total, 193).
Al principio, parece ser que se trataba de un grupo de 100 guerreros; en la época en que nos situamos, son grupos electorales (cada centuria cuenta por una voz). La representación electoral es favorable a la primera clase (la más rica), como lo demuestra la división siguiente:
Primera clase

18 centurias ecuestres (orden de los caballeros)
70 centurias comunes

Segunda, tercera, cuarta y quinta clases

100 centurias
Artesanos, músicos, etc.

4 centurias

Proletarios

1 centuria
Total 193 centurias
En el siglo II, después de la desaparición de la clase media, sólo quedan en Roma dos clases: los ricos (senadores y caballeros) y los pobres. Bajo el Imperio, el orden senatorial comprende, no sólo elementos salidos de la antigua nobleza, sino también hombres nuevos, hasta entonces apartados de la vida política y de las magistraturas. La ley distingue a las personalidades importantes (honestiones) de la gente sencilla (humiliores).
División de la clase acomodada
- El orden senatorial integraba a los propietarios rurales, a los hombres llegados de las provincias y a los caballeros (lo que es nuevo: bajo la república estaba prohibida cualquier actividad comercial a los senadores y a los magistrados, y los caballeros constituían, como ya se sabe, una clase de comerciantes).
La nobilitas desapareció, en provecho de los recién llegados, que no tenían tradición política y que estaban completamente entregados al régimen imperial (era necesaria una fortuna mínima de un millón de sestercios para pertenecer al orden senatorial).
- El orden ecuestre alcanzó su apogeo bajo el Imperio. Sus filas se abrieron a los recién llegados, y resulta difícil precisar cómo está compuesta esta clase: Existen los que llevan el anillo de oro, insignia de su poder, y que tienen derecho a un caballo público; la burguesía municipal, los publicanos encargados de las funciones administrativas y de recuperar los denarios del Estado, como sus homólogos al final del Imperio, y los conductores.
Los romanos eran una clase de gente enriquecida, sin prejuicios políticos y dispuesta a sostener la política de los emperadores (se necesitaba una fortuna mínima de 400.000 sestercios para pertenecer al orden ecuestre).
- En las provincias, aquellos cuya fortuna llegaba a 50.000 sestercios formaban el orden de los decuriones. Era el orden de los pequeños advenedizos de provincias, de los artesanos acomodados, de los militares que habían acumulado un peculio, etcétera.
Especial atención merece Bajo Imperio ya, que forma parte de un gran cambio en sociedad romana, ya presentido en la época clásica. Junto a los senadores, a los caballeros y a los decuriones, figuran innumerables funcionarios militares o civiles que aumentan las filas de los favorecidos por la fortuna.
Cuando el cristianismo se desarrolla, surge un nuevo cambio social, que será luego conservado por los bárbaros y que marca el punto de partida de la sociedad medieval.
La sociedad romana tiende a dividirse en categorías profesionales, en castas más o menos jerarquizadas: las funciones se hacen hereditarias (se es panadero de padre a hijo, mercader de padre a hijo, etc.). En esta época aparece una importante clase, constituida por hombres dedicados a la actividad agrícola: Los colonos.
No son esclavos, sino individuos que gozan de ciertos derechos civiles, aunque están sometidos a una restricción capital: el colono está vinculado a la tierra que cultiva; no puede dejarla, ni romper el contrato de colonat, que lo liga al propietario; es servus terrae (siervo de la gleba; es decir, esclavo de la tierra que cultiva).
Estos colonos prefiguran a los siervos de la Edad Media.

La educación en Roma.

a) Educación primaria.
La enseñanza primaria ocupaba a los niños desde los siete años hasta los once o doce años.
La primera enseñanaza se poda recibir en casa con un profesor particular, pero mayoria de niños iban a la escuela. El niño acudía a la escuela muy temprano, acompañado del paedagogus, generalmente griego. La jornada solía ser de seis horas, con descanso a mediodía, y  un  día festivo cada nueve días -nundinae- . El curso comenzaba el mes de marzo, y había vacaciones estivales (desde julio hasta los idus -el 15- de octubre). Las escuelas eran locales muy humildes, donde había sillas o bancos sin respaldo para los alumnos, que escribían con las tablillas apoyadas en las rodillas.
            En la escuela primaria se aprendía a leer, escribir y contar, bajo una férrea disciplina que castigaba con severidad cualquier falta.

b) Enseñanza secundaria.  La enseñanza secundaria, impartida por el grammaticus, acogía a niños y niñas desde los once o doce años hasta los dieciséis o diecisiete. Se centraba en el estudio de la teoría gramatical, lectura de autores clásicos griegos y latinos y comentario de los textos leídos. A partir del comentario del texto se enseñaba a los niños geografía, mitología, métrica, física, etc.
c) Enseñanza superior. Finalizada la enseñanza del grammaticus, el joven que decide dedicarse a la oratoria y a la actividad pública pasa a la escuela del profesor de retórica (rhetor), generalmente griego. Después de una serie de ejercicios preparatorios, el alumno se ejercitaba en la declamación, en la que se distinguían dos géneros:
  1. Suasoriae, discursos sobre temas históricos. Eran monólogos en los que personajes famosos de la historia valoran el pro y el contra antes de tomar una decisión.
  2. Controversiae, discusiones entre dos escolares que defendían puntos de vista contrarios sobre temas judiciales muy variados.
Los profesores.
Asuma ante todo un espíritu de padre con respecto a sus alumnos, y piense que está en el lugar de aquellos que le han confiado a sus hijos. No tenga él vicios, ni los tolere. No sea desagradable su actitud austera, no sea excesiva su familiaridad; no vaya a ser que nazca de la una odio y de la otra desprecio. Hable mucho de honestidad y bondad, pues cuantos más avisos dé, menos castigará. No se deje llevar nunca por la ira, pero tampoco deje pasar lo  que debe corregirse. Sea sencillo en su enseñanza, sufridor del trabajo, esté siempre cercano, pero no en exceso. Responda gustoso a los que le preguntan, a los que no le preguntan, pregúnteles de repente. En las alabanzas de las exposiciones de sus alumnos no sea tacaño, pero tampoco  exagerado, porque lo uno provoca disgusto con respecto al       trabajo, lo otro autosuficiencia. Al corregir lo que debe,  no sea duro, y mucho menos, amenazador, pues a muchos les aleja del propósito de estudiar el que algunos les repriman como si les odiasen. Diga alguna vez, es más, muchas, y diariamente, constantes ejemplos sacados de la lección para su imitación, sin embargo, según se dice, la viva voz alimenta mucho más y, sobre todo, la del maestro al que sus discípulos, si están bien educados, aman tanto vomo veneran. No se puede decir cuánto más gustosamente imitamos  a quienes apreciamos.
Los alumnos.
Después de hablar bastante de los deberes de los maestros, a los discípulos, entretanto, sólo les recomiendo esto: que amen a sus maestros no menos que a los mismos estudios, y crean que son sus padres, no físicamente hablando, sino en el plano intelectual. Este deber hacia el maestro ayudará mucho al estudio, pues los escucharán mejor y creerán en sus palabras, y desearán vivamente parecerse a ellos. Finalmente vendrán contentos y entusiasmados a las reuniones de las escuelas, no se enfadarán cuando se les corrija, se  alegrarán cuando se les alabe, y se dedicarán al estudio para ser los más queridos. Pues así como el deber de  aquéllos es enseñar, el deber de éstos es mostrarse dóciles. De lo contrario, una cosa no sirve sin la otra. Y así como  el hombre nace de la unión de uno y otro progenitor, y en  vano se esparce la semilla si no la calienta el surco bien  mullido, de la misma manera, la elocuencia no puede desarrollarse si no existe la concordia asociada del que transmite y del que recibe.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

El imperio.


Dinastía Julio-Claudia

La dinastía llamada Julio-Claudia es la primera de las dinastias romanas en reinar sobre el Imperio Romano. El termino dinastía conviene a pesar de las apariencias de Republica que Augusto había dado a su nuevo regimen porque los empereadores de de esta dinastía son todos salidos de la misma familia, Aun aveces de manera alejada.
Al inicio las personas de la dinastía Claudio Julia son en efecto salido de dos familias patricias: la gens Julia y la gens Claudia. A la priera pertenecen los emperadores Augusto, Tiberio, y Caligula y a la segund a los emperadores emperadores Claudio y Neron.


Las rebeliones sociales y de los eclavos


Fracasado el intento de los hermanos Graco, por la Ley Agraria, la crisis constitucional se manifestó en la guerra civil entre los dos seguidores de Mario y Sila. La conmoción abrió el camino del gobierno a los militares. Se inició la época de los triunviratos en que, en dos ocasiones, tres hombre fuertes se hicieron cargo del poder. El primer triunvirato estuvo constituido por Julio César, Popeyo y Craso.


Lucha por la tierra: Gracos


Los Gracos: periodo de la República Romana, entre los años 133 y 121 a.C. con un movimiento claramenre hacia el régimen imperial, abandonándose poco a poco el republicanismo, que llevó a la sociedad romana y a unos movimientos, de revolunción. Llamado el periodo de los Gracos. que que los hermano Tiberio y Cayo Sempronio Graco, presentaón entonces la Ley Agraria el reparto de los cultivos en pequeñas parcelas entre los mas pobres, cuando termino la repartición las tierras sobrantes fueron a parar al estado de Roma, que volverian a ser repartidas para los mas necesitados.

Lucha por la igualdad.


Con el paso de los años, los plebeyos consiguieron que las leyes se pusieran por escrito, para evitar que los magistrados patricios se aprovecharan de que sólo ellos las conocían. Los plebeyos también consiguieron levantar la prohibición que les impedía casarse con patricios. Igualmente, lograron que se constituyeran las primeras asambleas plebeyas, y que las decisiones de los plebeyos también afectaran y obligados a los patricios. Esras concesiones, que llevaron más de un siglo de lucha y de otras dos secesiones conocidas, en 471 y 449 a.C., se plasmaron en una seria de leyes que abrieron resquicios a los plebeyos en el sólido y opaco mundo de la política republicana patricia.


División adiministrativa.



Romanización de la Península Ibérica: División administrativa de 
Hispania                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             
1.- PRIMERA FASE : DOS PROVINCIAS
A comienzos del siglo II aC, en el 197 aC, Roma dividió la Península Ibérica en dos grandes territorios:

-Hispania Citerior (la del lada de más acá): costa este de España, con capital en Carthago Nova (Cartagena) primero y en Tarraco (Tarragona), después.

-Hispania Ulterior (la del lado de más allá): sur y algunos enclaves en el interior, con capital en Corduba.


SEGUNDA FASE:LA DIVISION DE AUGUSTO: TRES PROVINCIAS
El año 27 a. C., tras la conquista efectiva de la mayor parte de la Península, Augusto divide Hispania en tres provincias, llamadas Baetica,Lusitania y Tarraconensis.
Estas provincias fueron clasificadas en :
provincias imperiales, las de mayor conflictividad: Tarraconensis y Lusitania .El propio emperador nombraba a sus gobernadores.
-provincia senatorial. la Bética era una provincia senatorial, al ser menos conflictiva, y era el senado el que nombraba los gobernadores de esta última. 

Con pocos cambios, sería la división provincial de Augusto la que perduraría durante prácticamente todo el periodo imperial, ya que la siguiente gran división, la de Diocleciano, sucedería menos de cien años antes de la invasión de Hispania por las tribus bárbaras.

TERCERA FASE:CARACALLA.CUATRO PROVINCIAS
.
-Bética
-Tarraconense
-Lusitania
-Gallaecia

CUARTA FASE: DIOCLECIANO.CINCO PROVINCIAS
A finales del siglo III (297), Diocleciano, volvió a subdividir la Tarraconense en dos: Tarraconense ( Tarraconense) y Cartaginense(Cartaginensis)

QUINTA FASE: TEODOSIO.SEIS PROVINCIAS
-Gallaecia 
-Lusitania
-Bética
-Cartaginense
-Tarraconense
-Ballearica



lunes, 26 de noviembre de 2012

Guerras celtibéricas y lusitanas.

A mediados del siglo lI a. C, el Senado romano se encontraba dominado por el sector que mantenía una política de defensa del más duro imperialismo. En Italia, las capas dominantes se habían ido adueñando de las mejores tierras que eran trabajadas por mano de obra esclava. Los pequeños campesinos encontraban dificultades para vender sus excedentes agropecuarios ante el abaratamiento de los mismos por la producción esclavista. Por lo mismo, comenzaba a ser frecuente que muchos campesinos se vieran obligados a vender sus tierras y emigrar a las ciudades con la esperanza de encontrar en ellas nuevas formas de vida.
En estas condiciones sociales, la guerra de conquista contribuía a disolver las tensiones sociales de Italia, pero, a su vez, los soldados legionarios encontraban pocos estímulos para desear el fin de las operaciones militares, ya que la guerra les ofrecía al menos un medio de vida. La guerra de conquista servía a la vez para abrir nuevos mercados al subir la demanda de equipamientos militares y al abrirse nuevos centros para el intercambio de productos, entre ellos el abundante botín obtenido en las operaciones militares victoriosas.
El Estado romano se encuentra en uno de los momentos militares más fuertes y sus generales aplican impasiblemente la lógica dura del conquistador. En este contexto debe entenderse que Roma no contemple otras medidas con Cartago más que la destrucción de la ciudad (año 146 a.C.) y la anexión de todo su territorio. De igual modo, había terminado la época en que Roma se había presentado como libertadora de las ciudades griegas ante Filipo de Macedonia; para que los griegos lo comprendieran bien, la ciudad de Corinto sirvió de escarmiento al ser destruida también el 146 a.C. En ese marco político, hay que comprender el conjunto de acontecimientos que terminaron con el sometimiento de celtíberos, vacceos y lusitanos.

La conquista de Hispania.


La Segunda Guerra Púnica es el más conocido de los enfrentamientos bélicos acaecidos en el marco de las Guerras Púnicas entre las dos potencias que entonces dominaban el Meditarreneo occidental: Roma y Cartago. La contienda se suele datar desde el año 218 a.C, fecha de la declaración de guerra de Roma tras la destrucción de Sagunto, hasta el 201 a. C. en el que Aníbal y Escipión acordaron las condiciones de la rendición de Cartago. En la Segunda Guerra Púnica destaca la Batalla de Cannas.

Conquista del Mediterráneo.

Alrededor de 500 aC, el idioma latin se hablaba sólo en la propia ciudad de Roma y sus alrededores. Hoy en día 700 millones de personas repartidos en todos los continentes del mundo hablaban un idioma que se derivava del latín. ¿Cómo este grupo lingüístico logró extenderse a tal extenso parte del mundo? La respuesta está en las conquistas militares de la antigua ciudad de Roma.
 Las primeras conquistas de Roma fueron contra las diversas tribus y las colonias griegas de Italia, que condujó al control de la totalidad de la península italiana y convirtiendo a Roma en una de los mas grandes potencias del Mediterráneo.Luego Roma presto su atención a la otra gran potencia en el Mediterráneo occidental: Cartago. Roma lucho contra Cartago en tres guerras y derrotó a los cartagineses en cada uno, lo que llevó a Roma heredar de Cartago su gran imperio comerciante del Mediterráneo occidental.
En este punto, Roma había transformado de una de las grandes potencias en el Mediterráneo, a la unica gran potencia en el Mediterráneo. No pasó mucho tiempo antes de que Roma comenzó a expandirse en el mundo helenístico del Mediterraneo Oriental, con la conquista de Grecia en 133 aC el Reino Seleucid en el Cercano Oriente en 63 aC y finalmente, los Ptolomeos de Egipto en 30 aC Después de la derrota de la última monarca Ptolemaica en Egipto: Cleopatra VII, Roma llegó a controlar prácticamente todo el Mediterráneo. Este momento también vio la sustitución permanente de la Republica romana por el Imperio romano cuando Augusto fue proclamado el emperador de Roma.

Unificación de Italia.

Tras la entrevista de Cavour con Napoleón III en Plombières en julio de 1858, se acordó la intervención francesa en Italia. Pero Napoleón firmó en julio el armisticio de Villafranca con Austria ya que quería la independencia de Italia pero no su unidad. El movimiento de tenaza de las tropas piamontesas y de los Mil de Garibaldi a través de la península culminó con la proclamación del reino de Italia en marzo de 1861. Roma se convirtió en la capital del reino de Italia. La unidad de Italia era ya un hecho, pero aún quedaron en manos de Austria Istria, Trento y el Tirol del Sur, llamadas las provincias irredentas. La unificación no significó la igualdad real de Italia, ya que había enormes diferencias entre la Italia del Norte, rica, industrializada y moderna, con la Italia del Sur, pobre, campesina y atrasada. Además, el Papa, contrario a la unificación, excomulgaba a los que osaban participar en las elecciones por lo que el sistema político será muy inestable, debido a la escasa participación política de los católicos.

La República Romana

La República romana (en latín RES PVBLICA POPVLI ROMANI) fue un periodo de la historia de Roma caracterizado por el régimen republicano como forma de gobierno, que se extiende desde el 509 a.C.  Roma experimentó grandes cambios políticos, provocados por una crisis consecuencia de un sistema acostumbrado a dirigir sólo a los romanos y no adecuado para controlar un gran imperio. En este tiempo se intensificó la competencia por las magistraturas entre la aristocracia romana, creando irreconciliables fracturas políticas que sacudirían a la República con tres grandes guerras civiles; estas guerras terminarían destruyendo la República, y desembocando en una nueva etapa de la historia de Roma: el Imperio romano.
Escudo de República romana

viernes, 23 de noviembre de 2012

La Roma Real: los siete reyes y el fin de la monarquia.

Antes de su etapa republicana, Roma fue una monarquía gobernada por reyes. Todos los reyes, excepto Rómulo, fueron elegidos por la gente de Roma para gobernar de forma vitalicia, y ninguno de ellos usó la fuerza militar para acceder al trono.Aunque no hay referencias sobre la línea hereditaria de los primeros cuatro reyes, a partir del quinto rey, Tarquinio Prisco, la línea de sucesión fluía a través de las mujeres de la realeza. En consecuencia, los historiadores antiguos afirman que el rey era elegido por sus virtudes y no por su descendencia. Los primeros cuatro reyes son conocidos como reyes legendarios.
- Rómulo (753-716 a. C.)
  No sólo fue el primer rey romano, sino también su fundador, junto a su gemelo Remo. Después de 36 años de reinado, Rómulo había librado numerosas guerras, extendiendo la influencia de Roma por todo el Lacio y otras áreas circundantes. Pronto sería recordado como el primer gran conquistador, así como uno de los hombres más devotos, de la historia de Roma. Tras su muerte a los 54 años de edad, fue divinizado como el dios de la guerra Quirino, onrado no sólo como uno de los tres dioses principales de Roma, sino también como la propia ciudad de Roma divinizada.
- Numa Pompilio (716-674 a. C.)
Tras la muerte de Rómulo, el reinado de la ciudad recayó sobre el sabino Numa Pompilio.Si bien en un principio no deseaba aceptar la dignidad real, su padre le convenció para que aceptara el cargo, para servir así a los dioses. Recordado por su sabiduría, su reinado estuvo marcado por la paz y la prosperidad.
-Tulio Hostilio (674-642 a. C.) 
Hijo de Hersiliay Hostio Hostilia. Fue muy parecido a Rómulo en cuanto a su carácter guerrero, y completamente opuesto a Numa debido a su falta de atención hacia los dioses.
A pesar de su naturaleza beligerante, Tulio Hostilio seleccionó a un tercer grupo de individuos que llegaron a pertenecer a la clase patricial de Roma, elegidos de entre todos aquellos que habían llegado a Roma buscando asilo y una nueva vida. También erigió un nuevo edificio para albergar al Senado, la Curia que existió durante cinco siglos tras la muerte del rey, cuyo reinado llegó a su fin tras 31 años de duración. 
-Anco Marcio (642-617 a. C.)
Tras la misteriosa muerte de Tulio, los romanos eligieron al sabino Anco Marcio, un personaje pacífico y religioso, para que los gobernase como nuevo rey. Era nieto del segundo rey (Numa Pompilio) por parte materna, fue el último rey de origen sabino. Supuso la extensión del dominio de Roma sobre un amplio territorio y el crecimiento demográfico de la ciudad además de gran respeto y dedicación hacia las instituciones religiosas, considerándosele como el regulador del derecho pontifical.
-Tarquinio Prisco (617-579 a. C.)
Quinto rey de Roma, y el primero de origen etrusco, presumiblemente de ascendencia corintia. Tras emigrar a Roma, obtuvo el favor de Anco, quien lo adoptó como su hijo. Al ascender al trono, libró varias guerras victoriosas contra sabinos y etruscos, doblando así el tamaño de Roma y obteniendo grandes tesoros para la ciudad. El más célebre de sus proyectos de construcción fue el Circo Máximo un gran estadio que albergaba carreras de caballos, que es hasta la fecha el mayor de todos los erigidos en el mundo. Desgraciadamente, fue asesinado tras 38 años de reinado por los hijos de su predecesor, Anco Marcio, antes incluso de que el templo estuviera acabado. Su reinado es recordado además por haber introducido los símbolos militares romanos y los cargos civiles, así como por la celebración del primer triunfo.
-Servio Tulio (579-535 a. C.)
Tras la muerte de Prisco, su yerno Servio Tulio le sucedió en el trono, siendo el segundo rey de origen etrusco que gobernaba Roma. Como su suegro anteriormente, Servio libró varias guerras victoriosas contra los etruscos. Utilizó el botín obtenido en sus campañas para erigir las primeras murallas que cercaran las siete colinas romanas sobre el pomerium, las llamadas murallas servianas. También realizó cambios en la organización del ejército romano.Las reformas de Servio supusieron un gran cambio en la vida romana: el derecho a voto fue establecido con base en la riqueza económica, por lo cual gran parte del poder político quedó reservado a las élites romanas. Sin embargo, con el tiempo Servio favoreció gradualmente a las clases más desfavorecidas, para obtener de esta forma un mayor apoyo de entre los plebeyos, por lo cual su legislación puede definirse como insatisfactoria para la clase patricial. El largo reinado de 44 años de Servio Tulio finalizó con su asesinato en una conspiración urdida por su propia hija Tulia y su marido Tarquinio, su sucesor en el trono.
- años de Servio Tulio finalizó con su asesinato en una conspiración urdida por su propia hija Tulia y su marido Tarquinio, su sucesor en el trono.
-Tarquinio el Soberbio (535-509 a. C.)
El séptimo y último rey de Roma fue Tarquinio el Sabio Hijo de Prisco y yerno de Servio, Tarquinio también era de origen etrusco. Fue durante su reinado cuando los etruscos alcanzaron la cúspide de su poder. Tarquinio usó la violencia, el asesinato y el terror para mantener el control sobre Roma como ningún rey anterior los había utilizado, derogando incluso muchas reformas constitucionales que habían establecido sus predecesores. Su mejor obra para Roma fue la finalización del templo a Júpiter, iniciado por su padre Prisco. Tras la expulsión de Tarquinio, el Senado decidió abolir la monarquia, convirtiendo a Roma en una republica, en el año 509 a.C. Lucio Junio Bruto y Lucio Tarquinio Colatino, sobrino de Tarquinio y viudo de Lucrecia, se convirtieron en los primeros cónsules del nuevo gobierno de Roma, el que a la larga lograría la conquista de casi todo el mundo mediterráneo, y que perduró durante casi quinientos años hasta la ascensión de Julio Cesar y Cesar Agusto.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Etapas históricas: Roma Real, República, Imperio y Bajo imperio.

Monarquia. (735-709 a.C)  (Roma Real)
Republica. (509 a.C al 27 a.C)
El Imperio (27 a.C al 476 a.C)
Bajo imperio (284 a.C al 478 a.C)

lunes, 29 de octubre de 2012

Fundación de la ciudad: mito e historia.

La fundación de Roma es referida por varias leyendas, las cuales fueron unificadas principalmente por la Eneida de Virgilio, reuniendo en una historia coherente distintas versiones de algunos ritos de iniciación de aquel tiempo.
Dice la leyenda que Ascanio, hijo del héroe troyano Eneas (hijo de Venus y de Anquises), habría fundado la ciudad de Alba Longa sobre la orilla derecha del río Tíber. Sobre esta ciudad latina reinaron muchos de sus descendientes hasta llegar a Numitor y a su hermano Amulio. Éste destronó a Numitor y, para que no pudiese tener descendencia que le disputase el trono, condenó a su hija, Rea Silvia, a ser sacerdotisa de la diosa Vesta para que permaneciese virgen.
A pesar de ello, Marte, el dios de la guerra, engendró en Rea Silvia a los mellizos Rómulo y Remo. Cuando éstos nacieron y para salvarlos fueron arrojados al Tíber dentro de una canasta que encalló en la zona de las siete colinas situada cerca de la desembocadura del Tíber, en el mar.
Una loba, llamada Luperca, se acercó a beber y les recogió y amamantó en su guarida del Monte Palatino hasta que, finalmente, les encontró y rescató un pastor cuya mujer los crió. Ya adultos, los mellizos repusieron a Numitor en el trono de Alba Longa y fundaron, como colonia de ésta, una ciudad en la ribera derecha del Tíber, en el lugar donde habían sido amamantados por la loba, para ser sus Reyes.
Se dice que la loba que amamantó a Rómulo y Remo fue su madre adoptiva humana. El término loba, en latín lupa, también era utilizado, en sentido despectivo, para las prostitutas de la época.
La leyenda también nos cuenta como Rómulo mató a Remo. Cerca de la desembocadura del río Tíber había siete colinas: los montes Aventino, Celio, Capitolio, Esquilino, Palatino, Quirinal y Viminal. Rómulo y Remo discutieron sobre el lugar en el que fundar la ciudad y decidieron consultar el vuelo de las aves, a la manera etrusca. Rómulo vio doce buitres volando sobre el Palatino y Remo sólo divisó seis en otra de las colinas. Entonces Rómulo, para delimitar la nueva ciudad, trazó un recuadro con un arado en lo alto del monte Palatino y juró que mataría a quien osase traspasarlo. Remo le desobedeció y cruzó con desprecio la línea, por lo que su hermano le mató y quedó como el único y primer Rey de Roma. Este hecho habría ocurrido en el año 754 a. C., según la versión de la historia oficial de la Roma antigua.
A nivel histórico:
La historia de Roma es la historia de la ciudad como entidad urbana y la historia de los estados e instituciones de los cuales ha sido capital o sede a lo largo del tiempo. Se puede dividir en prehistoria, Roma Antigua, Roma Medieval, Roma moderna y contemporanea; o bien en Roma Antigua, Roma Pontifica vy Roma italiana contemporánea.
Sin duda, el período más fecundo de la historia de Roma en términos políticos, económicos, sociales y culturales fue su desarrollo en la Antigüedad. Fue la cabeza de un gran estado imperial y sede de una nación establecida en tres continentes. En su momento de mayor desarrollo el imperio creado por Roma alcanzó los 3,5 millones de kilómetros cuadrados y unos 70 millones de habitantes, entre ciudadanos y no ciudadanos. Roma fue, y sigue siéndolo, una de las ciudades más importantes de la historia. Se la ha llamado la “Ciudad Eterna”. Roma, junto a Grecia, ha sido la madre cultural de las modernas nacionalidades occidentales.
La historia posterior de Roma, sea en la Edad Media y en las épocas sucesivas, presenta un carácter más bien comunal, localista, y está casi siempre ligada a la historia del Pontificado, la de Italia y la de pueblos, reinos e imperios que intentaron (lo hicieron en ocasiones) ejercer dominio sobre la ciudad.
Con casi 3.000 años de historia, la ciudad es un buen ejemplo del desarrollo cíclico que puede tener una entidad urbana: un desarrollo geográfico y demográfico hasta el límite de lo posible (Roma Antigua), el estancamiento y el declive hasta casi desaparecer (Edad Media), y un nuevo desarrollo (Edades Moderna y Contemporánea). Pocas ciudades han tenido tal evolución y jugado a la vez un rol tan importante en la Historia universal, ya sea como crisol de civilizaciones o sede de importantes movimientos artísticos y de instituciones, tanto civiles como religiosas. La persistencia de esta ciudad y de su población, en medio de tantos avatares históricos, constituye un hecho destacado.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Introducción

La historia de Roma suele dividirse en tres grandes períodos:

Del 753 a.C al 509 a.C destacamos la Monarquía.
Del 509 a.C al 27 a.C detacamos la Republica.
Del 27 a.C al 476 a.C destacamos el Imperio.