Como en cada faceta de su cultura, los romanos copiaron sus mitos de los griegos, sin embargo la mitología griega fue creada por espíritus mejor dotados, mientras que los mitos romanos respondían a las necesidades comunes del pueblo. El pueblo romano esperaba de ellos tan solo buena cosecha y negocios prósperos. Y para que todo esto se lleve a cabo cumplían con rigidez las ceremonias religiosas.
En los primeros tiempos Marte (dios de la guerra) parece haber sido el dios más importante. Un dios capaz de poder ayudarlos a vencer a sus pueblos vecinos. Más tarde, el primer lugar fue ocupado por Júpiter (el Zeus griego). A este dios se lo representaba con un cetro en una mano y un rayo en la otra.
En sus comienzos, las divinidades tuvieron un carácter fetichista, de esta manera una sencilla piedra simbolizaba a un dios. Durante muchos años los romanos consideraron a sus deidades como manifestaciones de la naturaleza (númenes) y no las representaron con forma humana. Mas tarde, por influencia griega, imaginaron a sus dioses como seres humanos (antropomorfismo) y les levantaron templos y estatuas.
Religión Doméstica: Lares y Penates
Los romanos adoraban a los dioses Penates como protectores de la familia y también como protectores del Estado, considerando a éste como una familia de ciudadanos. Su nombre proviene de penus ("provisiones de boca") y sus imágenes se guardaban en la Penetralia, en el centro de la casa. Constantemente se mantenía fuego en el hogar en honor a éstos y sobre la mesa se les ofrendaba sal y frutos. Se toman a los penates como inventores de la casa y por dispensadores y conservadores de todos los beneficios de la fortuna y del bienestar de que disfrutaba una familia o una comunidad.
Los Lares eran dioses secundarios de la mitología romana y estaban más bien en la categoría de genios. Guardaban estrecha relación con los penates y éstos y aquellos eran objeto de un culto común.
Los lares eran los manes, o sea, los espíritus de las personas difuntas de una familia, divinizados por ésta. Eran los espíritus de los hombres honrados. Todos los lares estaban al cuidado del Lar Familiaris, que estaba mirado como fundador de la familia, de la cual era inseparable.
Además de estos lares privados (por estar dentro de cada casa de familia) se pueden apreciar también a los lares públicos que se dividen en: lares praestites y lares compitales. Los primeros eran los protectores de toda la ciudad y los segundos eran los que presidían a los distintos barrios de la misma.
El lugar destinado a los lares, lugar siempre espacioso, se llamaba Lararia. Allí les ofrecían las personas de la casa una porción de comida diaria y a las horas oportunas y en las celebraciones se les adornaba con guirnaldas y se dejaba abierto el Lararia.
Religión pública
Antes de adorar y a asimilar a los dioses griegos, los romanos rendían culto a una serie de dioses que eran divinizados por los latinos en la región del Lacio.
Podemos citar a:
Jano: tenía la fuerza generadora de la luz y se la representaba con dos caras para indicar que vaticinaba el pasado y el futuro. Enseño a los romanos la división del año, los principios de la justicia y la forma de labrar los campos. El rey Numa Pompilio (714-672 a. C.) ordenó construir el Templo de Jano, cuyas puertas permanecían abiertas en tiempos de guerra para permitir al dios salir en defensa del pueblo. En épocas de paz permanecía clausurado.
Saturno: Era la divinidad protectora de las siembras y de las semillas.
Vesta: fue la diosa del hogar, simbolizaba el ideal de las familias. Su culto revestía gran importancia en Roma.
Luego adoraron a Júpiter (el Zeus griego), a su esposa Juno (la Hera griega) y a Minerva (la Atenea griega), estas divinidades formaban la tríada protectora de la ciudad, reverenciada en el Capitolino.
Todas las divinidades griegas fueron adoradas en Roma, aunque su culto penetró en esa ciudad en épocas diferentes. Al amplio politeísmo debemos agregar a los dioses campestres, como los Silvanos, los Faunos y las Ninfas; las deidades de los frutos (Pomona), de las flores (Flora).
Los dioses romanos
Menos brillantes, menos poéticos que los griegos, la Mitología romana tuvo menos importancia que el culto y los ritos. Recibieron adoración de Italia muchos dioses de Grecia. Los romanos dividían sus dioses en:
Dioses superiores: eran los dioses del cielo, que comprendían también los dioses del mar y del fuego.
Dioses inferiores: son los poderes escondidos en los abismos de la Tierra, que hacían madurar los frutos y guardaban los muertos.
Dioses intermedios: eran las divinidades terrestres, y en las últimas épocas los espiritus que flotaban en el aire, entre los dioses y los hombres.
Veneraban también a muchos "genios" que presidían a los diversos actos de la vida y a varios fenómenos de la naturaleza, como Los Penates, Los Lares, los Lemures y los Manes. Los Famuli y las Virgines divae eran dioses y diosas subalternos que formaban el cortejo de las divinidades superiores.
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